Angélica y Camilo

Instrucciones para bailar en una boda

Hay tres formas de bailar en una boda. La primera es el baile en el asiento, común entre las almas más tímidas y las recientes lesiones de rodilla. Asegúrese de que sus pasitos bajo el mantel no generen accidentes, y si usa los dedos para tocar bongos imaginarios, conserve siempre el ritmo. Si baila así, recuerde que la conversación entra en cada tiempo y no hay verdades absolutas.

La segunda opción es el clásico baile entre parejas: dos que se mueven bajo las reglas de la música. Levante los ojitos, no me mire al suelo. Si la hemos invitado a esta boda, confiamos en su capacidad para bailar porros y bachatas, merengue y reguetón. Una regla simple: sí es sí y no es no. Luego viene la tercera alternativa: el baile colectivo. Se piensa, comúnmente, que aplica solo al perreo grupal, pero el baile de tres y cuatro y cinco es también posible con la salsa y todo lo demás. Si hay pogo, tenga en cuenta que hay personas mayores: empújelas pasito.

Común a todas estas formas de baile hay una sola regla: una boda es una fiesta y queremos celebrarnos y celebrar que existimos la una para la otra, y que ustedes existen para nosotras y nosotras para ustedes.

Y recuerde, por favor, que, en nuestra boda y en la vida, todos los cuerpos que bailan son hermosos.